En este trabajo, el curioso y apasionado lector, desde los discursos freudiano, kleiniano y lacaniano apreciará el valor simbólico de la droga, su significación y el tipo de persona adicta que, adelantamos, resulta ser muy sensible a su encuadre.
Indagaremos el o los objetos que se encuentran representados en la incorporación e introyección de las drogas

El problema a desarrollar en este trabajo es el análisis crítico sobre la medida en la que los pacientes que consumen alguna o algunas drogas pueden establecer la alianza terapéutica y la posibilidad de determinar la conciencia sobre su enfermedad. Se expondrá una viñeta clínica de un paciente adolescente, sexo masculino, consumidor de cocaína. El método psicoterapéutico es de corte psicoanalítico, con una frecuencia de dos veces por semana, de 45 minutos por sesión, cara a cara. Los resultados se miden, no solo por el abandono total del uso de drogas, que en este caso sí se presenta, sino por el restablecimiento de la vida social, afectiva y educativa del paciente, lo que implica luna propuesta terapéutica en la que el objetivo del tratamiento no se centre en el uso y; o abuso de la droga, sino en el sujeto de deseo del paciente. Se concluye que en casos de adolescentes que consumen drogas y no son adictos a ellas, es posible realizar una psicoterapia psicoanalítica en consulta externa, con buenos resultados, donde el sentido del consumo de drogas se desengancha de la tendencia compulsiva y repetitiva, y forma parte de una experiencia que no trasciende a la adicción.

¿Es la farmacodependencia una psicopatología en sí misma o es sólo un síntoma de una entidad nosológica específica? ¿Es una o son diversos los cuadros psicopatológicos donde se inserta la adicción a las drogas? ¿La adicción es independiente de las consideraciones psicopatológicas y corresponde sólo a las características propias de los fármacos capaces explicar con el modelo o los modelos psicoanalíticos? ¿Es posible explicarse de la misma manera la sicopatología del adicto a diversas drogas? Es decir, el que es adicto al tabaco, al alcohol o a la heroína ¡presenta los mismos rasgos de personalidad? O el hecho de que algunas drogas sean consideradas de consumo legal y otras ilegales ¿hace cambiar la ubicación psicopatológica de quien las consume?. Con el presente trabajo se pretende encontrar algunas posibles respuestas a estas preguntas.

Comenta que el aislamiento narcisista del adicto con su droga se vuelve una de las configuraciones defensivas que más frecuentemente se encuentra en la práctica clínica. Las familias se quejan de que sus miembros adictos ni los ven, ni los oyen, viven en un mundo aparte. También se observa que algunas recaídas en el proceso de recuperación de los adictos tienen que ver con mecanismos narcisistas, como la omnipotencia del narcisismo infantil: otros no podrán pero yo sí puedo tomarme unas cervezas, sir recaer en la adicción. Para controlar el círculo adictivo hay que tener muy en cuenta los mecanismos narcisistas.

Se presentarán algunos elementos de información relacionados con la expresión de ansiedad/angustia sustraídos de manera indirecta de la investigación cualitativa sobre los Factores psicoculturales que influyen en las recaídas de los adictos a diversas drogas, que realiza el área de Farmacodependencia de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos,

 

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