Quitarle lo sublime a la expresión artística
Entrevista con Alfredo Arcos
Sinto Espresate Renau y Julio E. Hernández Elías
LiberAddictus: ¿Qué nos podrías comentar sobre la relación entre la creación artística y el consumo de sustancias tóxicas?
Alfredo Arcos: Esta idea está muy difundida, aunque la droga se use entre contadores, médicos, psiquiatras y cualquier gremio de la sociedad. La cuestión de las drogas y el artista se da porque existe la imagen del artista como una persona libérrima, casi despegada de la sociedad, sin conciencia de sus deberes y su responsabilidad como ser humano y ciudadano. También, la visión egocéntrica ha hecho del arte el nivel más alto e importante de la sociedad, por eso se le magnifica.
Nosotros estamos muy preocupados por eso en Ciudad Nezahualcóyotl, por eso tratamos de crear la imagen del artista comunitario, como en mi caso, que hago arte con personas de la comunidad. A los artistas no los ves drogados, los ves en la cola de las tortillas, en el mercado, en los establos que aún hay en Neza.
Me interesa mucho dar esa imagen del artista de Neza, me parece importante recalcar que hay áreas donde la droga y la investigación subjetiva no es lo más importante, sino dar un punto de vista útil de la sociedad en la que estás inmerso.
LiberAddictus: ¿Cómo empezaste a pintar?
Alfredo Arcos: Comencé pintando murales efímeros en las calles de Nezahualcóyotl. La mayoría se hicieron con chapopote, las mismas dueñas de las casas donde los hacíamos nos conseguían el chapopote y nos prestaban la estufa para diluirlo. Mis primeros murales reflejaban experiencias psictóticas influidas por Orozco, pero los chavos creyeron que podían hacerlo mejor ya la semana empezaron a aparecer imágenes de Scorpions y las lenguas de los Rolling Stones.
Los chavos se sentían protegidos porque yo estaba pintando, ellos estaban drogándose y no pasaba nada. No había comunicación pero se entendía que no había agresión.
LiberAddictus: ¿Podríamos pensar entonces que tu obra, además de una forma de expresar tus inquietudes, es un reclamo social?
Alfredo Arcos: Yo siento que sí hay un descontento. Por ejemplo, yo antes no pasaba de un toque de mota o de una chela, pero ahora, la sofisticación de las drogas químicas y la cocaína es alarmante. Por eso, uno de los objetivos del programa El Norte también existe era no perder el contacto con la gente joven, nos lanzamos a hacer revistas, tocadas de rock y a invitar a la gente de 20 o 30 años para que trabajara con nosotros. Yo que soy de la generación de Avándaro --algo así como un dinosaurio o un sobreviviente para los chavos que nacieron en los setenta--, me preocupó mucho; creo que debo informarles, hacerlos conscientes y servirles de apoyo. Entonces, la política cultural de una comunidad como Neza toma en cuenta esto, acercarse a los chavos y trabajar con ellos y para ellos.
LiberAddictus: ¿Y la prioridad sería entonces la convivencia?
Alfredo Arcos: Sí, yo creo que cuando somos adultos nos estancamos muy rápidamente, creemos que los Rolling Stones o Jimi Hendrix eran lo más importante y no nos damos cuenta de los cambios que se dan en la vida cotidiana. Entonces los jóvenes nos enseñan a estar en nuestra época.
LiberAddictus: ¿Cuál sería el mensaje que les das a través de tu creación?
Alfredo Arcos: Se trata de llevar cierta información para la gente joven, pero el mensaje de gente drogada; de seres inhalando cemento o activo en la vía pública, también es una llamada de atención para que la gente mayor no cierre los ojos o se quede viendo la telenovela y no vea los problemas que tiene con la formación de sus hijos. Eso me parece básico, el mensaje para los adultos.
LiberAddictus: ¿Y qué le dirías a la población que quiere cerrar los ojos ante esto?
Alfredo Arcos: Pues que el mundo es mucho más grande que la puerta de Su casa, más grande y más viva que los medios de comunicación; si apagas la televisión, vas a la casa de enfrente y te involucras con las personas que están ahí, el mundo será mucho más amplio y grande y terrible e increíble. Eso es lo que yo pido con mi obra: descubrir el mundo que tenemos enfrente. Creo que uno está tan avasallado por los medios de información que llega a perder la conciencia de dónde está parado, y la gente joven está tan saturada de información que ha perdido los objetivos de muchas cosas, y los sesenteros y setenteros de alguna forma les servimos, sino como guía, sí como apoyo. A mí me parece muy tierno entablar una relación con chavos de quince, diecisiete o veinte años, que les parece increíble hacer un mural. Una parte de mi labor es esa: quitarle lo sublime a la expresión artística, hacerla en la calle y en todos los lugares, para que los chavos vean que tienen alternativas. Eso es muy padre porque demuestra que la cultura oficial no nos puede tener tan avasallados como para que sea inalcanzable, los chavos también pueden expresarse y hacer cosas. Por eso me gusta Nezahualcóyotl, porque creo que los lugares marginales están vivos, alertas, en movimiento. Luego vas a otros lugares donde la gente está dormida, encerrada, o viendo televisión Y parece que no pasa ni un alma en la calle. Por fortuna Neza es un espacio con gente muy joven.
LiberAddictus: ¿Se podría hablar de una marginación artística en Neza, y que por eso existen movimientos como El Norte también existe?
Alfredo Arcos: Sí, yo creo que no hay espacios suficientes en el norte para las necesidades culturales de la población. Sólo existen el Chopo y el Queso del Politécnico. Por eso, nosotros tratamos de romper las fronteras. El primer grito de guerra fue ese, el norte también existe, porque evocaba el poema El sur también existe de Benedetti, que después musicalizó Serrat. La idea era como un reclamo para tener conciertos, para que los grandes poetas vinieran a leernos sus cosas y para que hubiera exposiciones pictóricas en estos lados, pero ahora la gente no está en un solo lugar, sino que en todas partes, y uno tiene que estar en todas partes para estar vivo como artista y corno persona.
LiberAddictus: Hiciste un performance muy espectacular en Tijuana, ¿podrías explicarnos qué quisiste decir con él?
Alfredo Arcos: Está basado en un texto de juventud que hice en el cch Vallejo. Es un poema que se llama El hombre del cabello asesinado, y dice que los cabellos cortados son como seres humanos asesinados. La idea era hacer un recordatorio de la gente que vive en Tijuana, gente de paso, sin un céntimo, que andan con el pelo sucio, la mirada perdida y sin comer; es un recordatorio de esa gente doblemente marginada, primero de su lugar de origen, en el que deberían vivir con empleo y sin problemas económicos; y luego, cuando quieren cruzar a Estados Unidos, son nuevamente rechazados. Entonces la idea era llenarte el pelo de cemento, cortártelo, volverte esa persona doblemente marginada y quemar el pelo en la barda de la frontera, lo cual tuvo una gran carga simbólica. Todos los gringos que pasaron con sus coches se impresionaron, la llama casi cerró el tráfico. Otra idea del proyecto es presentar la adicción al cemento, que te quema tan rápido el cerebro. En Neza hay adictos que los tienen encerrados y encadenados en sus casas y no los dejan salir, y otros que cuando salen hacen un desmadre. Lo peor es que muchas veces es gente muy cercana, los cuates de los cuates, los hermanos de los amigos, es muy canijo.
LiberAddictus: ¿Entonces en Neza el chemo y el activo serían las drogas por excelencia, o hay otro tipo de cosas circulando por ahí?
Alfredo Arcos: En Neza es histórico el uso del chemo, pero ya ha sido rebasado por el activo, que es más barato y cada día es más fácil encontrar.
LiberAddictus: ¿Y qué tal con el alcohol?
Alfredo Arcos: Los jóvenes traen su bolsa de cerveza como si fuera sidral o manzanita, para que no los agarren. Y por Observatorio, los chavitos andan con sus frutsis con cemento, y eso se me hace muy grueso.
Creo que todos tenemos derecho a tener una pequeña adicción, pero el hecho de ver niños inhalando cemento en la vía pública como su única alternativa de sobrevivir se me hace muy desgarrador. Esas son mis imágenes diarias, ni modo de pintar florecitas cuando tienes una realidad tan cabrona, que supera toda belleza estética y artística.
Toda maravilla la supera la realidad, y la realidad de la droga es muy cabrona, sobre todo en los niños.
LiberAddictus: ¿Esa sería la nueva estética de la población urbana?
Alfredo Arcos: Lo que estoy retomando tiene que ver con un pintor que se llama Francis Halls; pintor de borrachos que ya son parte de la historia del arte. El problema de las drogas obliga a temas semejantes, me gustaría pintar flores y paisajes, y de hecho a veces pinto paisajes, pero mis paisajes son los de las nuevas drogas, los nuevos chavos, la nueva gente que se está drogando. Esa es la imagen del fin del siglo, una imagen cruda, sin color, de un cuate sin una mano. Es una realidad que nos supera, y todos los esfuerzos que se hagan para informarnos de esto y otras cuestiones yo creo que son loables.