Asterix y la poción mágica en la particular dinámica de una irreductible aldea gala

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En comparación con Popeye las espinacas están claramente identificadas como fuente de hierro, pero en Asterix existe una poción mágica. Al respecto, en la Historia de las Drogas, Antonio Escohotado plantea lo siguiente:...

Asterix y la poción mágica en la particular
dinámica de una irreductible aldea gala

Mario Bejos

Ya abrimos con Alicia esta sección. Veremos que para la fantasía no necesariamente se necesita de tóxicos. La creatividad está dentro de uno mismo, no hay por qué desvirtuarnos, otorgándole a la mota u otras drogas el papel de musa que no le corresponde. Friedrich Schiller (1759-1805) decía: "El vino no inventa nada, sólo hace charlar sobre ello". Si algo surge en el papel, en el lienzo o en el barro, es por que ese algo se refleja desde el cuerpo, desde adentro. El tóxico desinhibe, mas no es la fuente original de la creatividad. No necesitamos estar pachecos o andar colocados para imaginar el cuento de Aladino como una parodia del alcohólico. Por ejemplo, el genio de la botella es equiparable a una persona obediente, noble, sensible, pero atrapada más allá de su voluntad en la enfermedad del alcoholismo, queriendo cumplir tres deseos: 1. El de su esposa, 2. El de sus hijos y 3. El de su jefe, que es el que deje de destruir y destruirse con su manera ingobernable de beber.

Otro ejercicio mental es el de Popeye, un inútil marinero que si no bebe espinacas no tiene la fuerza para defenderse del pánico que le da el gandallísima Brutus, ambos en pos de la horrible Olivia; este personaje sirvió para promover el consumo de hierro vegetal en la época de su creación. El argentino Eduardo Kalina ha hablado del síndrome de Popeye equiparándolo con Tarzán o Supermán, y lo hace para hablar del adicto que imagina en cada incorporación de la droga la espinaca y así poder lograr en forma inmediata, sin demora, el deseo de ser grandioso. Situación similar es la que queremos abordar en este número de Addictus.

Asterix es un personaje conocido por muchos y creado en Europa con los imaginativos textos de Goscinny y el genial trazo de Uderzo, presentado en más de treinta cuadernos ilustrados que nos invitan a graciosas aventuras y cómicas situaciones de este héroe a quien le han creado hasta un parque de diversiones en Francia. En comparación con Popeye las espinacas están claramente identificadas como fuente de hierro, pero en Asterix existe una poción mágica. Al respecto, en la Historia de las Drogas, Antonio Escohotado plantea lo siguiente: "Las daturas [toloaches pa' los cuates], el beleño, la mandrágora, la hierba mora y la belladona, siempre se han relacionado con fenómenos de levitación, fantásticas proezas físicas, telepatía, adivinación (niños no hagan eso en casa) y delirios". El sociólogo agrega: "...a las solanáceas (como la hierba mora, la papa, la berenjena, el pimiento y el tabaco) psicoactivas, añadieron los galos un gusto especial por las hojas secas de lechuga otra solanácea, cuyo extracto quizá formase parte del brebaje mágico de Asterix". La cuestión es que al personaje sus creadores lo presentan así: Asterix el héroe de estas aventuras. Un pequeño guerrero, con el espíritu astuto y la inteligencia viva [como cualquier alcohólico]. Las misiones peligrosas le son confiadas sin titubeos. Recibe su fuerza sobrehumana de la poción mágica [claro, como muchos adictos que requieren del tóxico para explotar sus bondades].

Otro héroe es Obelix y lo presentan como el inseparable amigo del protagonista. Para nuestra parodia, no es más que un hijo de alcohólicos, tiene varias características similares, como: obeso (no todos son hijos de adictos), sobreexigido de sí mismo, se hace cargo de cosas inútiles como cargar menhires (piedras que no se sabe para qué son), o sea, carga con cosas que no le corresponden; es el hijo parental de la familia adicta, sólo imaginen: él no puede beber poción mágica, porque de chico se cayó en una marmita llena de aquélla, lo cual habla de que el alcohol había de a montones en su casa. Obelix es voraz con la comida, sólo come jabalíes, no se reconoce gordo y es tiernísimo con Ideafix, su perrito mascota, aunque también explosivo, le encanta golpear romanos. Otros aspectos relacionados los podemos encontrar cuando los autores dicen "Obelix está siempre dispuesto a abandonar todo para seguir a Asterix en una nueva aventura", lo que traducimos maliciosamente como: "Obelix como buen hijo de alcohólico está siempre dispuesto a abandonarse a sí mismo, sus proyectos personales, sacrificar su desarrollo personal con tal de ir a sacar al padre de la cantina, prepararle sus cubas, rescatarlo de su último choque, justificarlo con su madre o hacer labores que no le corresponden a su edad", ¡vaya aventura!

El proveedor de la droga siempre es importante en este nudo gordiano en que se da la dinámica de la adicción, aquél puede ser el cantinero, farmacéutico, laboratorio, médico, pusher, conecte, etcétera. En este caso que abordamos hoy, es Panorámix, "el venerable druida (algo así como chamán o brujo hierbero, sabio) de la aldea. Recoge hierbas y prepara pociones mágicas. Su mayor triunfo es el brebaje que da fuerza sobrehumana al consumidor (sic). Pero Panorámix tiene muchas recetas en reserva..." (re-sic).

El jefe de toda la banda es Abraracúrcix que aparece siempre en escena sostenido por dos galos que sudan la gota gorda en un escudo donde se para en forma majestuosa y envalentonada. Se dice que es algo supersticioso, "... no le teme más que a una cosa: que el cielo le caiga sobre la cabeza, pero como él dice 'eso no va a pasar mañana'..." Cualquier parecido es mera coincidencia si pensamos que este jefe galo bien podría ser un adicto en rehabilitación, sostenido por su grupo de autoayuda (no necesariamente galos) y parafraseando quedaría: "...el adicto en recuperación no le teme más que a una cosa, que hoy beba o se drogue afectando su cabeza, pero como él dice, 'sólo por hoy no pasará'..."

Por último, en esta dinámica está Asurancetúrix, quien es el bardo: según el Petit Larousse, el bardo es un poeta de los antiguos celtas, pero para nuestro caso es un codependiente de primera. Dicen los autores: "las opiniones están divididas: él opina que es genial; y los demás piensan que es un pelmazo (sinónimo de blando). De todos modos, cuando no dice nada es un alegre compañero y todos le aprecian mucho..." Este personaje nos representa el clásico que tiene que callar para que los otros puedan ser, un hombre que ama demasiado, un poeta blando. En todos los finales de las historietas, el tipo acaba excluido de todas las reuniones y, mientras todos beben, él termina amordazado.